La Union Europea estudia prohibir este color de coche

El color de la polémica no es ni mucho menos el color preferido ni más habitual para los coches. Solo los más fanáticos de la saga de Fast&Furious o todos aquellos que estén interesados en el mundo del tuning, lo habrán visto en algún vehículo. Más que el color entero de un coche, podríamos hablar de que lo que quieren prohibir en realidad es un acabado o una tonalidad, presente en la mayoría de coches. Es un acabado brillante y presente en muchas partes de nuestros vehículos: marcos de ventanillas, parrillas, llantas…

Este es el color que planea prohibir la Union Europea

Europa estudia prohibir este tono de color porque en su composición hay sustancias que podrían resultar cancerígenas para el ser humano, y por lo tanto afectar a la salud de todos los consumidores. El color se trata de los tonos cromados, que a día de hoy son meramente anecdóticos y están presentes en los detalles del automóvil. A pesar de ello, sí que tuvieron una gran presencia en la época dorada del tuning, donde los fanáticos de Fast&Furious pintaban así sus vehículos.

Como hemos comentado antes, esta prohibición afectaría también al resto de los componentes del vehículo, como pueden ser las manecillas de las puertas o los remates interiores. A la industria del automóvil no le ha hecho mucha gracia y ya ha reaccionado a esta noticia. Si bien es posible conseguir un acabado similar con compuestos menos nocivos como el níquel o zinc, el coste de estos materiales es mucho más elevado y a día de hoy están en desuso.

Para ser más exactos, el componente en cuestión que resulta perjudicial es el cromo hexavalente. Es una forma tóxica del metal cromo que puede causar cáncer de pulmón y nariz, así como daños en el hígado. El cromado de los coches, que también suele aplicarse como material anticorrosivo frente a agentes externos, se aplica también a las motocicletas. En ellas también quedaría prohibido. Hay estudios que indican que el proceso de cromado de los vehículos puede llegar a ser varios cientos de veces más tóxico que el propio combustible diésel.