Los coches autónomos no reciben multas en California
La peor pesadilla de un conductor son las multas de tráfico. No ver un STOP o un ceda el paso a la hora de maniobrar en un cruce puede darnos un disgusto económico un tiempo después de haber cometido la infracción. Lo mismo pasa si nos saltamos un semáforo en el último segundo. Para las empresas de coches autónomos que operan en California en EEUU las multas no son un problema. De hecho, estas empresas aprovechan un vacío legal para no recibir las correspondientes multas.
¿Qué impide que los coches autónomos reciban multas en California?
Como ya sabéis, los coches autónomos son vehículos sin conductor. Funcionan gracias a la inteligencia artificial. En EEUU, este tipo de vehículos llevan ya varios años circulando por la calle. El motivo por el que no pueden recibir multas de tráfico en California es muy simple. La ley dice que para que haya una sanción se necesita que una persona esté físicamente manejando el vehículo, tal y como informa NBC News.
Es cierto que ha habido casos de multas de aparcamiento a coches autónomos en California por estacionar de forma errónea o en lugares no permitidos. Sin embargo, la legislación actual impide que se multe a estos vehículos por infracciones cometidas cuando están en marcha.
Se trata de un problema derivado del hecho de que la tecnología avance más rápido que la legislación vigente. Por ejemplo, en los estados de Arizona y Texas modificaron sus leyes en 2017 ante el incipiente uso de los coches sin conductor para que se pudiese multar al dueño del vehículo si este comete alguna infracción independientemente de si la persona está físicamente presente en él.
En líneas generales, los coches autónomos cometen menos errores que los coches conducidos por humanos. Esto no significa que los coches sin conductor estén exentos de infringir el código de circulación. Eso por no hablar de otros problemas de seguridad intrínsecos al uso de inteligencia artificial en estos vehículos; ha habido hackeos para modificar sus rutas y robar/secuestrar estos coches.
Este problema viene derivado por el hecho de que la tecnología avanza más rápido que la legislación. Es más, la única forma que tienen los vehículos autónomos de mejorar su conducción es precisamente aprendiendo y consiguiendo datos mientras se mueven por las carreteras y se enfrentan a situaciones reales.