La normativa Euro 7 pone en riesgo a los coches gasolina y diésel

Este 2021 se espera la aprobación de la normativa Euro 7 que entrará en vigor en 2025 y que afecta principalmente a los coches de combustión. La Unión Europea quiere rebajar al máximo los niveles de contaminación producidos por los vehículos y por eso, quiere regular cuanto antes los límites de los gases contaminantes.

Normativa Euro 7

Euro 7, la normativa más exigente

Las nuevas regulaciones que pretende aplicar la Unión Europea podrían acabar con los coches gasolina y diésel. No supone la prohibición de los vehículos de combustión, sin embargo, sí una gran amenaza para ellos.

La Unión Europea quiere fomentar la movilidad sostenible y disminuir las emisiones de gases contaminantes comercializando coches con menor impacto medioambiental. Para ello, ha anunciado una nueva normativa, la Euro 7.

Algunas de las novedades que implementa es límite máximo de 30 mg/km de óxidos de nitrógeno (NOx) que deberán emitir los coches nuevos que se vendan a partir de la fecha en la que entre en vigor. Mientras que a partir de este año, la Euro 6d establece ese límite en 80 mg/km. Si establecen fecha límite 2025, los fabricantes solo tendrán cinco años para rebajarla 50 mg/km más.

También, pretende rebajar las emisiones de monóxido de carbono (CO) para que sitúen entre los 100-300 mg/km cuando ahora están entre 500-1000 mg/km. A día de hoy, en España están exentos de pagar el impuesto de matriculación los coches que contaminan menos de 120 g/km. Si las emisiones están entre 120 y 160 g/km se gravan al 4,75%. Por otro lado, si se sitúan entre 160-200 g/km al 9,75% y a partir de esa cifra al 14,75%.

Los fabricantes de coches temen esta normativa

Actualmente, estas cifras, los fabricantes de coches de combustión no las pueden manejar y exigen más tiempo. Para muchos de ellos es inviable, por lo que ya estudian la posibilidad de dejar a un lado la fabricación de coches de combustión interna para dar paso a la electrificación.

Markus Duesmann, CEO de Audi, ya anunció el cese de la fabricación de nuevos motores diésel y gasolina, sumándose a esta iniciativa como ya han hecho otras marcas como Volkswagen. Además, algunos fabricantes avisan que si esto fuera así, los precios se encarecerían. Incluso podría crearse una brecha social ya que no todo el mundo puede adquirir un coche híbrido o eléctrico.

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