André Citroën: el hombre que popularizó el coche
André Citroën fundó en 1919 la marca Citroën, suponiendo una auténtica revolución en la industria del automóvil. Este visionario, ingeniero de profesión, cambió por completo el comercio y el servicio post venta de coches hasta llegar a lo que es ahora.
Este visionario llevó a cabo lo que se conoce como la “democratización” del automóvil, poniendo el coche al servicio del mayor número posible de personas. De esta forma alejaba el coche de ese concepto que se tenía de él: un transporte solamente al alcance de las élites.
Cómo cambió André Citroën la industria del automóvil
Pasos previos a la creación de Citroën
André Citroën demostró sus grandes capacidades desde que era un estudiante de la Escuela Politécnica de París. En 1901 creó junto con algunos compañeros de clase, la empresa Citroën, Hisnstin y Compañía, especializada en fabricación de engranajes. Estos engranajes, que tenían forma de espiga, suponían una innovación que aseguraba un funacionamiento más fiable, además de más silencioso y estable.
En 1906, André Citroën descubrió el sector de la automoción cuando era Director General de Mors. Esta compañía especializada en coches de lujo estaba al borde de la quiebra. Citroën le dio un cambio a la empresa reorganizando la producción y estudiando las necesidades de los clientes y la gama de productos. De esta forma se consiguió multiplicar la facturación por diez hasta el comienzo de la I Guerra Mundial.
El Citroën Tipo A
En 1919 tras darse cuenta de que la industria del automóvil suponía el futuro y estaba todo por hacer, André Citroën funda la marca del Doble Chevrón, Citroën. Ese mismo año salió el Citroën Tipo A, que fue el primer coche fabricado en serie en Europa.
Red Comercial
Una de las grandes innovaciones de André Citroën fue su fuerte apuesta por el desarrollo de la red comercial. Su objetivo era estar siempre cerca de las personas valorando sus expectativas y opiniones. La red comercial era dinamizada constantemente con formación continua y comunicación interna. Los concesionarios eran de gran importancia ya que suponían el punto de contacto más directo con los clientes. Los escaparates se renovaban contantemente así como el taller post venta. Un gran ejemplo, fue el Garaje Banville de París que en sus 16 pisos contaba con un showroom además de un taller post venta. Y no solo eso, también era un centro de reunión social con piscina, canchas de tenis y campo de golf.
Citroën comprendió perfectamente, que para ser rentables, no sólo bastaba con vender los mejores coches, sino que también eran importantes las relaciones públicas y la publicidad. En 1925, la Torre Eiffel se convirtió en un enorme soporte publicitario para Citroën.
Caravanas Citroën
La idea de André Citroën era llegar a todas las personas posibles, y para ello creó las Caravanas Citroën. Los coches de la marca hacían recorridos por las carreteras de Francia, Italia, Alemania y España convirtiendo su paso en todo un acontecimiento.
Señales de tráfico
Otro mérito que se le atribuye a Citroën es que llenó las carreteras de Francia y otros países en Europa con señales de tráfico e indicadores con el logo de Citroën. Esta era su forma de realizar un servicio a la sociedad, promoviendo la seguridad vial.
101 años de pura esencia André Citroën
La marca francesa siempre ha sido un referente en innovación tecnológica. Algunas de las grandes aportaciones al coche han sido de Citroën: la carrocería de acero, la tracción delantera, los frenos hidráulicos, la suspensión hidroneumática, los faros giratorios y muchas otras. Todas estas innovaciones de Citroën marcaron una época y cambiaron la industria del automóvil.
101 años después, Citroën sigue apostando por la innovación en sus coches con diseños que no dejan indiferente a nadie. Pero además, Citroën sigue manteniendo los valores de su fundador: cercanía con los clientes, confort, y tecnología puntera.
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