Qué es el GLP, para qué sirve y qué ventajas tiene en un coche

La forma en la que funcionan los motores de los coches está siempre cambiando, y a día de hoy existen muchas alternativas para reducir el gasto en combustible sin necesidad de dar el salto del todo al coche eléctrico. Los coches con GLP son una de esas alternativas.

¿Sabes lo que es el GLP en un coche? ¿Todos los coches se pueden convertir a GLP? Te contamos todo lo que debes saber.

El GLP lleva años entre nosotros, pero es ahora cuando mucha gente ha empezado a plantearse en serio adaptar su coche a esta tecnología. ¿Por qué? Entre otras cosas, porque por ejemplo a partir de este año ya no habrá más ayudas para la compra de un coche nuevo cien por cien diésel o gasolina: el Plan Movalt 2017 excluye las ayudas a los coches que funcionan únicamente con diésel o gasolina… pero sí que se aplica para los coches con Autogás.

Dentro de los productos de gas hay uno destacado, el Gas Licuado del Petróleo o Autogás, y se trata de un combustible que de alguna manera sirve como alternativa a la gasolina.

Es una mezcla de butano y propano comprimidos para que se vuelvan líquido, se disuelve en petróleo y se obtiene durante el refinado de este. Este gas licuado del petróleo es muy interesante porque se consigue al bajar las temperaturas a 40 grados bajo cero. Además casi no tiene azufre y otras sustancias como los metales dañinos.

Los coches gasolina pueden convertirse a GLP. Pero esta transformación no es posible con todos y, si quieres conseguir la etiqueta ECO de la DGT, tu vehículo tiene que cumplir con algunas condiciones. Puedes conocer todos los detalles revisando los requisitos técnicos y de normativa.

¿Sabes qué coches se pueden convertir a GLP?

Los vehículos susceptibles de realizar esta adaptación a GLP son principalmente los de gasolina. En los diésel por lo general se desaconseja, ya que resulta más complejo y costoso.  

En el caso de los motores de gasolina tampoco todos son aptos. Quedan excluidos los más potentes y solo se podrán convertir a GLP los que cumplan la certificación de emisiones Euro 3. O lo que es lo mismo, los vehículos matriculados desde 2001. Y por supuesto, habrá que asegurarse de que estén en buen estado general para no perder el dinero invertido en la transformación por culpa de posteriores averías.  

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