Cómo pulir los faros de tu coche en 6 pasos

Con el paso de los años, los faros de nuestro vehículo pierden transparencia y empiezan a volverse amarillentos debido a roces, suciedad, climatología, entre otros los elementos. Si aún no sabes cómo pulir los faros de tu coche para devolverles su estado inicial, en este post te lo explicamos en 6 sencillos pasos.

Es importante tener claro que mantener los faros del coche en buen estado no es solo una cuestión estética. La iluminación es un pilar fundamental para nuestra seguridad y la del resto de usuarios, especialmente en invierno. Además de que puede tener consecuencias negativas en muchas situaciones, como por ejemplo a la hora de pasar la ITV. A continuación, te ofrecemos consejos efectivos para que no tengas que preguntarte más cómo pulir los faros de tu coche.

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Pulir los faros del coche paso a paso

Se trata de una tarea que puedes realizar tú mismo. De hecho, puedes hacerte con un kit para su restauración o bien, utilizar una serie de materiales:

  • Agua
  • Discos de lana
  • Cinta de carrocero
  • Lijas de grano 400, 1000 o 2000
  • Pulimento líquido con siliconas

Limpiar los faros

Antes que nada, se necesita eliminar cualquier resto de suciedad de la superficie del faro. ¿Cómo realizarlo? Un trapo libre de pelusas y un cubo con agua y jabón. Solo frota hasta que notes cómo desaparecen los residuos acumulados en cada faro.

Proteger la zona

Una vez realizado el paso anterior, pega cinta de carrocero en las zonas colindantes a los faros. Con ello protegerás las zonas y evitarás que el pulimento o la lija que utilices afecte dañe la carrocería. Otra opción (especialmente para cubrir zonas más amplias) es utilizar papel protector o plásticos.

Lijar

Si quieres lograr mejores resultados tendrás que realizar un lijado en los faros más dañados. De esta forma eliminarás la zona superficial que será la más afectada. En primer lugar, deberás utilizar la lija más abrasiva, poner el aparato en la velocidad más baja e iniciar el lijado mojando la superficie constantemente a la vez que realizas el proceso. Siempre con suavidad y sin presionar excesivamente. En las esquinas se aconseja un movimiento de adelante hacia atrás. Tras esto límpialo con un trapo empapado de agua y jabón.

Repite el proceso con una lija media y después con una más fina. Más tarde, limpia de nuevo el faro con agua y jabón. Una vez finalizada esta acción el faro adquirirá un tono blanquecino y mate.

Pulir

Sitúa un disco de lana en el taladro y aplica una pequeña cantidad de pulimento líquido sobre él para extenderlo alrededor de la superficie. Se recomienda utilizar una velocidad baja y realizar movimientos continuos y con suavidad. El objetivo es conseguir la transparencia deseada con un resultado óptimo, por lo que se deberá realizar la operación las veces que sean necesarias.

Limpiar y secar

Después del pulimento se requiere limpiar el faro con agua y jabón. Para verificar y cerciorarnos de si hemos alcanzado el resultado esperado, pasa por encima de la superficie la yema de tus dedos. Si está lisa y sin asperezas no tendrás que repetir de nuevo el procedimiento. Posteriormente elimina todos los restos y seca el faro adecuadamente.

Proteger

Es el último paso y el que proporcionará un acabado profesional. Para proteger tendrás que utilizar un sellador o barniz. Hazte con el producto específico y aplícalo bajo las indicaciones del fabricante. Finalmente espera a su secado y mantén el vehículo alejado de cualquier lugar donde pueda adherirse polvo u otras partículas que dañen el trabajo realizado.

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