Las curiosidades de Rolls-Royce: una marca única
Más de un siglo después, Rolls-Royce sigue siendo el mayor sinónimo de lujo y exclusividad que se conoce. La marca de la doble R es seña de clase y fama. Muchas de las grandes celebridades del mundo cuentan o han contado con algún ejemplar en sus extensas colecciones de coches, desde cantantes a jefes de estado pasando por futbolistas, actores o empresarios, entre otros.
Hoy vamos a conocer alguna de las curiosidades de Rolls-Royce, una marca de coches que hace que algunos casi se rompan el cuello al girarse para contemplarlo en la calle. Y es que encontrarse uno de estos modelos es como ver una estrella fugaz.
Conoce algunas de las curiosidades de Rolls Royce que la convierten en una marca única
La fundación de Rolls–Royce
La marca de origen británico fue registrada oficialmente el 15 de marzo de 1906 estableciéndose en Derby. ¿Entonces por qué celebraron su 100 aniversario en mayo de 2004? La razón es sencilla, pues en Rolls-Royce consideran que el nacimiento de la compañía se produjo el 4 de mayo de 1904. Esta fecha es especial porque es cuando tuvo lugar la reunión entre Charles Rolls y Henry Royce en Manchester. Ambos fueron citados por Claude Johnson, que era socio de ambos en sus empresas, quién se llegó a definir como el guión que separa Rolls y Royce.
En esta cita especial en el Hotel Midland de Manchester, ambos se dieron cuenta de que juntos podían lograr la excelencia. Eran dos personas muy complementarias para la industria automotriz, pues Henry Royce era un gran ingeniero que ya había creado sus propios coches, y Charles Rolls brillaba en el mundo de las ventas.
Compró Bentley y acabó siendo propiedad de BMW
En la historia de Rolls-Royce, como en la de otras grandes marcas de la automoción, no falta la parte en la que se vincula su propiedad a la de alguna otra marca famosa, y en este caso su nombre está ligado a dos: Bentley, su mayor competidor por el mercado de coches de super lujo, y BMW.
En 1931, la firma británica se hizo con la propiedad de Bentley, que no había sido capaz de superar la crisis del 29. Tras caer en bancarrota en 1971, Rolls-Royce fue nacionalizada en 1973, dividiendo Rolls-Royce Motors (automóviles) y Rolls-Royce Plc (motores de aviación y barcos). Después, en 1980 Rolls Royce Motors, propietaria también de la marca Bentley, fue adquirida por el grupo Vickers.
Finalmente, en el año 1998, BMW se hizo con el control de Rolls-Royce en una complicada operación en la que también se vio implicado el Grupo Volkswagen. Y es que VW se había hecho con los derechos de la figura del “Espíritu del Éxtasis” que corona a los coches de Rolls-Royce y del diseño del radiador. Pero por otro lado, Rolls Royce Plc le había vendido a BMW las patentes del nombre y el logotipo. Finalmente llegaron a un acuerdo, en el que BMW se quedaba Rolls-Royce y Volkswagen con Bentley, separando ambas marcas 7 décadas después.
El proceso de ensamblaje se hace… ¡a mano!
En el montante de la puerta de cualquier Rolls-Royce aparece marcado que está hecho a mano en Goodwood, que es donde se sitúa desde 2003 la fábrica de Rolls-Royce. Pero no es que estos coches estén hechos a mano, sino que el ensamblaje de la carrocería con el motor, la transmisión y el chasis se realiza de forma manual. Por su parte, los motores y las carrocerías están fabricados en Munich.
Además, el interior de cada modelo está montado a mano a excepción del corte de las pieles de la tapicería, aunque luego se cosen a mano. Estos procesos manuales no solo encarecen el producto final (no es un problema para quién compra un Rolls-Royce), sino que también lo ralentizan. Tanto es así, que de la fábrica de Goodwood tan solo salen 20 unidades diarias
Como una sastrería de coches
Una marca de lujo de la que se venden tan pocas unidades al año (5.152 en 2019, su récord histórico), ya de por sí tiene un producto exclusivo. Pero si encima le sumas que cada modelo puede modificarse al gusto del cliente, hablamos de la marca más exclusiva del mundo. Se puede personalizar desde la paleta de colores hasta las maderas del interior pasando por la tapicería e incluso el techo (se puede decorar con cristales de Swarovski imitando el cielo estrellado). Se podría decir que es muy difícil, casi imposible, ver dos unidades iguales, pues son “coches a la carta“. La exclusividad de cada unidad es, sin duda, una de las mayores curiosidades de Rolls-Royce.
El 60% de los Rolls-Royce sigue en circulación
Aunque esto no es una cifra exacta, se estima que el 60% de todos los Rolls-Royce fabricados en la historia aún siguen en circulación. Esta cifra habla muy bien de las calidades de la marca británica. Es decir, quien está comprando un Rolls-Royce, lo está comprando para toda la vida.
Rolls-Royce Sweptail, el coche de los 11 millones
Otra de las curiosidades de Rolls-Royce es que llegó a tener el coche más caro jamás conocido en sus filas: el Rolls-Royce Sweptail. Este modelo se trató de un encargo de un cliente en 2013 y que no se materializó hasta el año 2017. Aunque el precio de este modelo nunca ha sido revelado, se estima que podría superar los 11 millones de euros.
La división de aviones de Rolls-Royce
La última de las curiosidades de Rolls-Royce que mucha gente no conoce, aunque la hemos comentado más arriba, es que también se dedican a hacer motores para aviones. Actualmente la firma británica puede presumir de tener 16.000 motores en aviones militares y 13.000 en aviones comerciales.
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